Skip navigation

Zastosuj identyfikator do podlinkowania lub zacytowania tej pozycji: http://hdl.handle.net/20.500.12128/5316
Pełny rekord metadanych
DC poleWartośćJęzyk
dc.contributor.advisorWilk-Racięska, Joanna-
dc.contributor.authorDeditius, Sabina-
dc.date.accessioned2018-07-11T08:22:26Z-
dc.date.available2018-07-11T08:22:26Z-
dc.date.issued2012-
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/20.500.12128/5316-
dc.description.abstractLa lucha es una de las actividades naturales más antiguas del ser humano, es una experiencia universal que comparten todos los países y todas las culturas. Desde los tiempos más remotos, el hombre ha tomado parte en varios tipos de combates: nuestros ancestros luchaban por el fuego; en la antigua Grecia se celebraban los Juegos Olímpicos, en la antigua Roma los gladiadores batallaban uno contra uno o contra bestias en un anfiteatro repleto de público; en la Europa Medieval la distracción preferida de los caballeros eran los torneos, certámenes militares, los cuales se realizaban en las cortes de los reyes o de los grandes señores feudales. Para el torneo se preparaba una pista especial, cercada por una barrera alta; al otro lado de la barrera se acotaba un lugar para los espectadores. En España, el más antiguo espectáculo de masas consiste en lidiar varios toros bravos en una plaza de toros, la típica corrida. Las corridas de toros son consideradas una de las expresiones de la cultura hispánica. Aunque en los últimos años este evento crea controversias en muchas partes del mundo, incluida España, por ser muy cruel y sangriento. La lucha tiene varias facetas, y su dimensión física no es la única. Hoy en día es imposible que no nos topemos con titulares como “lucha política”, “lucha verbal entre partidos opuestos”. La palabra se ha convertido en un arma con la cual los políticos intentan vencer a sus opositores y persuadir al público en la sala del parlamento, al igual que los soldados luchan contra el enemigo para derribarlo en el campo. Como advierte M. Sarnowski toda comunicación interpersonal se basa en la lucha verbal, competencia, rivalidad, “que admite la agresión verbal y que también asume hipotéticamente el acuerdo” (1999: 10). J. Zimnowoda (2005: 273) observa que desde el principio de la historia humana hemos tenido que dar cuenta por medio de la comunicación del conflicto, de la violencia discursiva que lleva a la ejecución. Los filósofos contemporáneos del diálogo (Michel Foucault, Jacques Lacan, Emanuel Levinas, Francis Jacques) subrayan que “la actitud hacia EL OTRO no tiene que ser necesariamente una actitud altruista; puede convertirse en una actitud de codicia, de cautivo y realización de interés propio” (Jacques, 1982: 273). Existen muchas maneras de cortar la relación con el OTRO, como por ejemplo, fingir algo con el comportamiento, evitar, despistarle de alguna manera, etc. En el modelo de la guerra, la lucha es una de las más difundidas categorías de interpretación de toda la actividad 8 humana. Este modelo está presente también en el mundo de la comunicación y, en este caso, es de carácter universal (Zimnowoda, 2005: 274). George Lakoff y Mark Johnson en Metáforas de la vida cotidiana han demostrado que en la cultura europea y americana, a la comunicación verbal basada en argumentación se la conceptualiza como la guerra (LA COMUNICACIÓN ES UNA GUERRA). También los filósofos contemporáneos postmodernistas basándose en la filosofía de Nietzsche y Wittgenstein enfocan el modelo de la comunicación en categorías del juego, de la lucha verbal (ibídem: 247). Según Jean-François Lyotard “hablar es luchar, competir; los actos lingüísticos pertenecen a un cierto antagonismo general” (Lyotard, 1997: 45). Cada lengua dispone de un gran fondo de recursos usados con el objetivo de insultar y humillar al interlocutor, que sirven para librarse de las actitudes emocionales del emisor, exteriorizar sus sentimientos (afectos). Estos expresivismos están profundamente arraigados en el fondo cultural. En categorías de la lingüística pragmática, son actos que amenazan la imagen del interlocutor (FTA) durante la interacción. Los actos amenazantes contienen el sema de desacuerdo (amenaza, acusación, maldición, insulto, etc.). Son los llamados ‘actos conflictivos’, ya que el objetivo ilocutivo de estos actos entra en conflicto con el objetivo social de interacción, de seguir las reglas de la cortesía. Pero nosotros en este punto queremos formular una pregunta, quizás inesperada: ¿Es posible que, paradójicamente, el objetivo del uso de insulto, no sea precisamente, el de crear un ambiente de descortesía, de distanciamiento del interlocutor, sino al revés, un recurso para forzar la solidaridad y la identidad grupal? K. Zimmerman (2003, 2005) y M. E. Brenes Peña (2007) relacionan esta utilización de los insultos por parte de los jóvenes españoles con su actitud antinormativa, de ahí que los califiquen no como descorteses sino como anticorteses. La categoría anticortesía significa que los los jóvenes tienen igualmente la pretensión de ser miembros respetados por los integrantes de su grupo. Sin embargo, este estatus no se adquiere por los procedimientos usuales en el mundo adulto, sino, por el contario, por la violación de estas reglas. Se trata entonces de un evento de colaboración mutua para crear este universo antinormativo. La anticortesía es una de las estrategias. Como advierte J. Luque Durán et al. el acto de insultar puede ser “un poderoso instrumento de regulación interhumana” (1997: 14). En nuestra tesis, sin embargo, queremos fijarnos en un tipo específico de insulto, cuyo efecto perlocutivo es el de llevar a cabo un juego o ritual entre 9 interlocutores. W. Labov en su artículo “Rules for ritual insults” (1972), estudia la utilización de los insultos entre los jóvenes neoyorquinos de grupos sociales bajos o marginados. En un detallado análisis, el autor describe la forma habitual de los insultos empleados, explica sus reglas, los tipos de contra-insultos, la evaluación de los oyentes, los campos semánticos de las cualidades peyorativas, las personas objeto de calificación negativa, etc. Su conclusión es que se trata de un tipo de juego o ritual en el que los participantes saben que lo que dice no es verdad, de manera que se intenta replicar ese tipo de insulto superándolo de una manera original o innovadora. A base de esta larga tradición oral de intercambio de insultos rituales, con acompañamiento de música, en las comunidades afroamericanas en Estados Unidos, nacieron las Batallas de Rap (Cutler, 2007: 9). Aquí volvemos al concepto de la lucha con el que hemos empezado la introducción a nuestra tesis. La Batalla de Rap (MC Battle), es un caso peculiar y curioso de la lucha verbal moderna durante la cual, los raperos luchan consigo mismos a través de los insultos. El rap es la vertiente musical de la denominada cultura hip hop, una cultura urbana de origen estadounidense que surgió a principios de los años 70 en el barrio neoyorkino, Bronx, en el ámbito suburbano de los guetos estadounidenses ajeno a la cultura institucionalizada por los blancos (Camargo, 2007: 50). En cuanto al significado de la palabra rap, procede del inglés, principalmente quiere decir: golpear suavemente y por extensión, proferir palabras de golpe (coloquialmente, to rap significaría charlar o parlotear). Después del hip hop adquirió el nuevo significado de “hablar rítmicamente con acompañamiento musical” (Toner, 1998: 9). Según otras fuentes el RAP es un acortamiento del término “Radical Anarchist Poetry” que se refería a las recitaciones en las calles de Nueva York con acompañamiento de tambores. El objetivo de estos eventos fue el de comentar acontecimientos actuales (Pawlak, 2004:19). En el ámbito de España, la competición del rap lleva por nombre de Batalla de Gallos. Es un evento que se celebra anualmente, patrocinado por la marca Red Bull, enfrenta cara a cara a diferentes raperos para demostrar cuál es el mejor. Estas competiciones están basadas en la capacidad para improvisar y conjugar rimas en un combate verbal uno contra uno entre dos raperos cuyo objetivo último es el de, con el ingenio, creatividad y flow, humillar y quedar por encima del rival mediante insultos. El público juzga con aplausos al rapero que ha tenido una mejor actuación y el jurado decide finalmente el veredicto. El lenguaje de los raperos, como las hablas juveniles, se 10 caracteriza por la acepción de ciertas formas subestándar como medio de distinguirse de la lengua estándar hablada por la gente “normal”, de la misma manera que adoptan gestos, modos y modales diferentes. Cualquier grupo contracultural que configure una contrasociedad siente la necesidad de poseer un medio de expresión acorde “un antilenguaje que connote sus propios valores, el cual les sirve de mecanismo de defensa y al mismo tiempo seña de identidad” (Halliday, 1978: 164). Es común en el adolescente la búsqueda de intensificar su experiencia biográfica y afectiva mediante su integración en una de las llamadas “Tribus Urbanas” que constituyen una posibilidad de crear una identidad y de potenciar una imagen social. Esperamos que la presente tesis suponga un aporte considerable en el acercamiento de la subcultura rap a través de la herramienta principal de comunicación que es el lenguaje.pl_PL
dc.language.isoespl_PL
dc.publisherKatowice : Uniwersytet Śląskipl_PL
dc.subjectBitwa Rappl_PL
dc.subjectżargon w języku hiszpańskimpl_PL
dc.titleEl insulto como ritual en la Batalla de Rap : estudio pragmalingüísticopl_PL
dc.title.alternativeObelga jako rytuał w Bitwie Rap : studium pragmalingwistycznepl_PL
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesispl_PL
Pojawia się w kolekcji:Rozprawy doktorskie (W.Hum.)

Pliki tej pozycji:
Plik Opis RozmiarFormat 
Deditius_El_insulto_como_ritual_en_la_Batalla_de_Rap.pdf1,54 MBAdobe PDFPrzejrzyj / Otwórz
Pokaż prosty rekord


Wszystkie pozycje w RE-BUŚ są chronione prawem autorskim chyba, że zostało wskazane inaczej.